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Contar la historia argentina a través del alfajor: En busca del alfajor perdido

Un libro que reconstruye situaciones, marcas, productos y la cotidianidad de la golosina en la familia argentina.

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Libro en busca del alfajor perdido de Facundo Calabró

Facundo Calabró nació en 1997, en Buenos Aires. Es locutor egresado de ISER, periodista y estudiante de Letras. 

En 2016, interesado por la esencia de los alfajores y lo que representan, dió vida a su blog Catador de alfajores. Cuatro años después publicó su primer libro, En busca del alfajor perdido, donde cuenta la historia del alfajor a través de los años de historia de nuestro país, aventurando la narración entre fechas, marcas, historias particulares y su cotidianeidad en la casa/familia argentina.

Hoy es un gran referente y especialista del mundo alfajorero que, sin dudas, está en pleno auge.

– ¿Cuándo te convertiste en catador de alfajores y de dónde nació tu gran interés por ellos?

Todo se dio de una manera un poco accidental. Siempre disfruté mucho, a modo de juego, de interpretar o sobreinterpretar las cosas aparentemente sencillas, y en algún momento me di cuenta de que los alfajores se prestaban muy bien para eso. Porque son objetos familiares, concretos, ¡que se pueden comer!, y al mismo tiempo esconden tantos significados y se relacionan entre sí de maneras tan sofisticadas… 

Con esa idea en mente me abrí un blog de reseñas, a fines de 2016, que tuvo un éxito inesperado. Ahí fue que un periodista de Clarín experto en notas bizarras me entrevistó y él fue quien me puso el mote de “catador de alfajores”, que obviamente asumí con orgullo.

– Sobre tu libro: habiendo tantas aristas desde donde contar la historia argentina, ¿por qué el alfajor?

Primero que nada, porque las aristas fundamentales ya fueron exploradas por gente más idónea que yo (ríe). Pero por otro lado, siempre es fascinante rastrear cómo grandes procesos históricos se pueden manifestar en detalles tan pequeños. El libro usa la lupa de la historia para hacer inteligible la letra chica del alfajor, por así decir. Detalles aparentemente arbitrarios o azarosos -el nombre de una marca, el tipo de envoltorio, los ingredientes de una receta- de golpe adquieren sentido cuando uno los sitúa en su contexto histórico.

– ¿Cómo apareció la idea y cómo fue el proceso de investigación y realización del libro?

La idea fue de Genaro Press, editor en ese entonces de Planeta, que vio en lo que yo escribía el germen de un proyecto original. No estoy seguro de que haya acertado, pero la cosa nació ahí. Para escribir la primera parte hice un laburo de archivo, días enteros en la hemeroteca de la Biblioteca Nacional o chusmeando la deep web a la búsqueda de material inédito. Y después hay toda otra parte más de crónica, para la cual tuve que exponerme a la luz del sol y rodar por el país (Mar del Plata, Córdoba, Mendoza, el Partido de la Costa) mirando, entrevistando, tomando notas. El resultado fue un libro bastante heterogéneo, “monstruoso” si se quiere, como el alfajor.

– ¿Que significa para vos esa obra?

Mi esperanza más que nada es haber logrado proponer una narrativa coherente de lo que fue y lo que es el alfajor, en un sentido histórico y también filosófico, si me permitís el término. Hacer un retrato lo más abarcador posible de esta golosina tan única. Pero si fracasé en ese intento, por lo menos creo que el libro incorpora algunos datos e hipótesis valiosas, que pueden servir de insumo para futuras investigaciones. Lamentablemente cuando se habla del alfajor a veces se mencionan leyendas absurdas, insostenibles, como que la forma circular se la dio el químico Augusto Chammas en 1880. Parecido a eso que dicen de que la cocinera de Rosas inventó el dulce de leche. No es que no aprecie el encanto de estas leyendas, pero hay que entender que son leyendas. Nuestras comidas patrias merecen que se las piense con más rigor.

– ¿Influyó el alfajor en tu interés por el periodismo gastronómico general o solo te enfocas en el mundo alfajorero?

Desde ya. Aprecio mucho el laburo de Rodolfo Reich. Y en la academia hay gente como Carina Perticone, Fernando Rocchi, Roy Hora, Sandra Gayol, Patricia Aguirre que, cada uno desde su perspectiva, hacen aportes invaluables. Y ya dentro del campo de la investigación alfajorera, permitime destacar lo que está haciendo Mariano López, alias @alfajoresmarplatenses, con la historia -o prehistoria- del alfajor de Mar del Plata. Y de Nicolás Trivi y Jorge D’Agostini.

– ¿Hay alguna obra que tengas en mente o estés preparando para sacar próximamente?

Por ahora no. Pero no renuncio a la fantasía de que alguna empresa como Bagley o Terrabusi -guiño guiño- me abra su archivo y me deje escribir su historia. Creo que las compañías argentinas no son del todo conscientes de lo que representa tener 50 o 100 años en el país. Ojalá esto pueda empezar a cambiar.

Desde ya En busca del alfajor perdido es un gran referente sobre la historia de la gastronomía y principalmente sobre el mundo alfajorero. Siendo así, una excelente opción para quien se interese no solo por nuestra gran golosina nacional, sino por todo el trasfondo histórico que lo identifica.

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Berenice: la Princesa del Alfajor que llegó desde Mar del Plata para representar la dulzura argentina

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Tiene 22 años, estudia medicina, trabaja en marketing digital y acaba de ser coronada como la primera Princesa del Alfajor en la Feria Argentina del Alfajor celebrada en Tucumán. Charlamos con Berenice —o Bere, como le dicen todos—, una joven que decidió postularse sin decirle a nadie, y terminó llevándose la banda, la corona… y una experiencia inolvidable.

—Contanos un poco sobre vos. ¿Quién es Bere más allá de la corona?

Mi nombre es Berenice, pero todos me dicen Bere. Vivo en Mar del Plata, tengo 22 años, estudio medicina en la Universidad Nacional de Mar del Plata y también trabajo por mi cuenta en marketing digital. Además, soy modelo publicitaria y de pasarela.

Me encanta estar en movimiento, vivir a las corridas. A veces duermo poco, como parada y ando de colectivo en colectivo, pero me encanta esa vida. Siento que estar en movimiento me hace sentir más viva.

—¿Cómo fue que te enteraste de la convocatoria para Princesa del Alfajor?

¡Fue muy casual! Estaba en un colectivo (cómo no) y me apareció la publicación en Instagram. La verdad es que siempre miré con cariño a las chicas que llevaban corona, pero nunca me animé. Esa vez sentí que el llamado me buscó a mí. Como ya venía siguiendo la cuenta del Mundial y trabajo con una marca de alfajores, no lo dudé. Llené el formulario sin decirle a nadie. Pensé: “¿Y por qué no?”.

—¿Tenías experiencia previa en concursos o fue tu primera vez?

Fue mi primer certamen como tal. Tengo experiencia en modelaje, que tiene algunos puntos en común, pero esto fue algo completamente nuevo para mí. Lo que me motivó fue la posibilidad de representar algo tan nuestro como el alfajor.

—¿Cómo viviste la experiencia en Tucumán?

Fue hermoso. Los organizadores hicieron todo con mucho amor. Nos cuidaron, nos mimaron. Hicimos un city tour por San Miguel, probamos sánguches de milanesa tucumanos (¡riquísimos!), y conocí a personas increíbles, como mis compañeras finalistas y todo el equipo del Mundial.

El momento de la coronación fue muy especial. No me lo esperaba. Estaba parada en un escenario, en una provincia que no conocía, con vestido de gala… ¡y me estaban coronando como Princesa del Alfajor! No lo voy a olvidar nunca. Además, fue impresionante ver la cantidad de emprendedores dedicados al alfajor. Hay un mundo entero alrededor de este producto que nos identifica.

—¿Qué significa para vos ser la Princesa del Alfajor?

Es un honor. Me gustaría no solo representarlo en cada evento, sino también ayudar a que crezca. El alfajor tiene un potencial enorme y me encantaría visibilizarlo desde mi lugar. Me apasiona trabajar con redes, así que tal vez ese sea el camino. En Mar del Plata hay una cultura alfajorera fuerte, y eso me inspira a hacer mi parte.

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Todo listo para el Mundial del Alfajor en Costa Salguero

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Del 15 al 17 de agosto, Costa Salguero será sede del evento más dulce del año: el Mundial del Alfajor 2025. Con más de 100 expositores, shows en vivo, masterclass, charlas, espacio para niños y la presencia de los mejores productores de Latinoamérica, esta edición promete ser inolvidable.

El Campeonato Mundial del Alfajor 2025 ya tiene fecha confirmada: del 15 al 17 de agosto en el Centro Costa Salguero de la Ciudad de Buenos Aires. Este gran evento reunirá a productores de Argentina, Uruguay, Chile, Perú, Colombia, Ecuador, México y otros países, para competir por el título del mejor alfajor del mundo.

El certamen premia a los mejores en diversas categorías con una cata a ciegas, pero además busca revalorizar al alfajor como símbolo cultural latinoamericano. A lo largo de tres jornadas habrá mucho más que competencia.

Durante el evento habrá:

  • 🎤 Charlas y paneles sobre tendencias e innovación.
  • 👨‍🍳 Masterclass a cargo de expertos.
  • 🎶 Shows en vivo.
  • 🏪 Más de 100 expositores ofreciendo degustación, exposición y venta.
  • 🍫 Un espacio especial para «Alfajoreritos», donde los más chicos podrán aprender a hacer sus propios alfajores.

💥 Y como antesala, este fin de semana se celebró en Tucumán la Feria Argentina del Alfajor, con un éxito total: más de 55 emprendimientos vendieron toda su producción, hubo propuestas gastronómicas, actividades y la esperada elección de la Princesa del Alfajor 2025, que representará a la provincia en el mundial.

🎟️ Las entradas ya están a la venta: podés conseguirlas desde la web oficial mundialdelalfajor.com o directamente en la boletería del evento. No te pierdas esta fiesta que celebra lo mejor de la cultura alfajorera.

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El alfajor gigante de Carpa Azul deslumbró en Gualeguaychú

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En el cierre de la Feria Argentina del Alfajor, realizada del 9 al 11 de mayo en los Galpones del Puerto de Gualeguaychú, una creación monumental capturó todas las miradas: un alfajor gigante de 310 kilos y 1,80 metros de diámetro, elaborado por la empresa entrerriana Carpa Azul.

Este emprendimiento familiar, liderado por Paola Fernández y Claudio Blanco desde Pueblo General Belgrano, ya había sido reconocido en 2024 con la medalla de oro en la categoría «alfajor simple» del Mundial del Alfajor.

La elaboración del alfajor gigante fue un desafío logístico y técnico. Compuesto por cuatro capas de masa, 140 kilos de dulce de leche repostero, 11 kilos de nueces pecán y un baño de chocolate semiamargo, la pieza fue armada en tan solo tres horas.

Debido a su tamaño, el alfajor no pudo ser ensamblado dentro de la fábrica y se construyó en el patio interno bajo un gazebo, cumpliendo con todas las normas de higiene. El traslado al lugar del evento requirió un operativo especial, con la colaboración de agentes de tránsito de Pueblo General Belgrano y Gualeguaychú.

El domingo por la noche, como broche de oro de la feria, el alfajor fue cortado y compartido entre los asistentes, quienes celebraron con entusiasmo esta hazaña dulce que quedará en la memoria de todos los presentes.

Con esta iniciativa, Carpa Azul no solo reafirma su compromiso con la calidad y la innovación, sino que también posiciona a Entre Ríos como un referente en la producción de alfajores artesanales de excelencia .

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